El discurso vacío de Mesa
Si hay ideas vacías en el panorama
político de la nación boliviana, en estas primeras décadas del siglo XXI es la
idea de “democracia”. Porque puede que la gente adivine que se trata de que
nadie permanezca en el poder mucho tiempo ya sea en persona o como partidos; y
que de alguna manera haya una sensación de justicia en el ambiente de las
instituciones estatales y especialmente del gobierno. Pero mucho más que estas
suposiciones, me parece que la gente no le da mayor significado a “democracia”.
Y, sin embargo, los políticos, el
mismo gobierno, hacen gran alaraca del tema, e incluso lo toman para basar
candidaturas, como Carlos Mesa, que habla de un supuesto cambio democrático, del
respeto a la independencia de poderes y la terminación del continuismo.
Seguro que la mayoría nos
preguntamos, qué tiene eso que ver con los problemas reales de la población,
especialmente para los más pobres, que son la mayoría. Los campesinos en el
área rural, los pobres subempleados en el comercio informal en las ciudades,
qué beneficios reales pueden obtener de mayor “democracia”, materializada como
dice Mesa en la salida de Evo Morales, o en la independencia de poderes. Para las burguesías o clases medias
emergentes qué puede significar la democracia; lo único que les puede interesar
del tema es que habiendo cambios de gobierno más seguido, cada cuatro años por
ejemplo, tendrían mayor oportunidad para meterse en el gobierno, mediante sus
familiares o sus allegados, y de esta manera obtener prebendas y otros
beneficios ilegales con mayor facilidad.
Más allá de esto, la democracia no ha
traído cambios significativos para Bolivia, ni en el siglo XIX, ni en el XX, ni
en el XXI; y probablemente no los traerá hoy. Un argumento a favor de esta
aseveración es nuestra situación económica, no ha cambiado nunca en cuanto al
tipo de economía que tenemos, seguimos siendo un país extractivista tal cual lo
fuimos no solo desde el siglo XIX, sino desde el XVI. Quiere decir que no solo
que no hemos cambiado con democracias o dictaduras, sino que tampoco lo hemos
hecho con monarquías, como en la época colonial. Y esta situación económica es
la causa fundamental para nuestra pobreza y atraso.
Resulta, por tanto, extraño oír
hablar a Mesa de democracia, por no decir indignante, ya que no propone nada
concreto al país. ¿“Nuevo liderazgo”, “comienzo de un tiempo nuevo”? es
lamentable como Mesa usa palabras vacías en su discurso, palabrerío inútil; subconscientemente
él lo sabe, sabe que su propuesta es vacía, es por eso que utiliza la palabra
vacío o vacía tantas veces, no puede evitar traicionarse, lo tiene que decir, “Estoy
vacío, no tengo nada más que ofrecer, que lo mismo de siempre, lo que ofrecí el
2002 con Goni, lo que todos los partidos vienen ofreciendo desde siempre”. ¿“Tiempo
nuevo, nueva era”? ¿no era exactamente lo que ofrecía Evo Morales?
Quién será el valiente, porque hay
que serlo, que nos hable de economía, de cómo salir de la pobreza, de como
progresar como pueblo, como nación. Quién será el que nos hable y nos explique
cómo es que el proyecto del tren bioceánico nos va a beneficiar a los
bolivianos, o si por el contrario los beneficios serán nulos, quién nos va a
explicar, qué va a pasar cuando se nos acabe el gas, quién nos va a explicar
cómo nos vamos a articular con las naciones vecinas para venderles cada vez más
y comprarles cada vez menos, quién nos va a explicar cómo vamos a equilibrar
cuidar el medio ambiente y desarrollar la frontera agrícola, quién nos va a
explicar cómo vamos a hacer para que el contrabando, por ejemplo de ropa, no
mate la industria nacional, quién nos va a explicar cómo vamos a hacer para
tener un servicio de salud como la gente, donde no tengamos que acudir a los
seguros privados, quién tiene una propuesta para que nuestro sistema educativo
sea competente y forme las nuevas generaciones de la manera en como el país las
necesita.
Estas respuestas nunca se han dado,
pero deberíamos por lo menos como bolivianos, no dar crédito a gente sin visión como
Mesa, que centra su mensaje en sacarlo a Evo del poder. Pedimos mayor
compromiso y mayor seriedad, ese no es el problema del país, el problema es
otro.
Por otra parte seamos sinceros, las
respuestas a las interrogantes fundamentales no las puede dar un miembro de las
clases “elevadas” de la sociedad, a las que pertenece Mesa, no la pueden dar
ninguno de ellos, la respuesta tiene que nacer desde las clases populares o en
otra terminología “el pueblo”, los de a pie, desde ellos tiene que salir la
persona que mejor represente la apuesta de la nación; solo una persona atada a
los compromisos de su comunidad puede dar respuestas valederas, no una persona
que no tiene más razones para participar en política que su propia voluntad.
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